miércoles, 12 de enero de 2011

Los Chindits de Wingate

El mundo en conflicto, 1939
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, dos grandes bandos se enfrentaban. Las Fuerzas del Eje (llamadas así por el pacto que formaba el Eje Roma-Berlín) estaban integradas principalmente por Alemania e Italia; otros países se les unieron por afinidad política o por temor a represalias como Austria, Hungría, Rumania, Bulgaria y Checoslovaquia. La otra gran fuerza eran los Aliados, formados principalmente por Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética (URSS, hoy Rusia y otros estados). Otros países se alinearon en la fuerza para poder resistir los ataques del Eje, como China, Mongolia, Noruega, los Países Bajos y todas las colonias de Gran Bretaña y Francia en África y Asia.

La SGM no se pelea solamente en Europa. Al otro lado del mundo, en el sudeste asiático existía una división política diferente a la que conocemos: lo que hoy es India, Bangladesh, Sri Lanka, Myanmar y Malasia estaban bajo poder británico; Francia dominaba Vietnam, Laos y Camboya bajo el nombre de Indochina; Siam (Tailandia) era un reino independiente que se encontraba en el medio de las dos colonias europeas; al este de Indochina, en el océano, se encontraban las Islas Filipinas bajo el gobierno estadounidense. Más al norte, el imperio japonés ocupaba mucho más territorio que las islas que hoy conocemos como Japón: también dominaba Korea, Formosa (Taiwan), Manchukuo (Manchuria), la costa NE de la actual China (Beijing, Shanghai) y la gran mayoría de las islas de la Micronesia en el Pacífico.

Etiopía, 1940.
África también fue escenario de conflictos armados entre los bandos. En 1938, Italia invadió Etiopía, que sumado a Eritrea y a Somalia Italiana, estos territorios formaban el llamado Imperio Italiano de África Oriental.
Charles Orde Wingate, británico nacido en India en 1903, se puso al mando de tropas irregulares nativas, armadas solamente con metralletas, que en pocos ataques lograron restaurar el gobierno para el rey etíope Haile Selassie y así proporcionar fácil acceso a las tropas aliadas para hacer inteligencia y derrotar a los italianos. En plena selva, y con unos pocos miles de soldados nativos, logró derrotar a cuarenta mil soldados italianos aplicando tácticas irregulares de combate. Nacía así la “guerra de guerrillas”.

Teatro de Operaciones del Pacífico, 1941
El Imperio Japonés desde antes del inicio de la SGM se estaba dedicando a ampliar su territorio. En 1937 ya habían ocupado Shanghai y Beijing, dos de las ciudades más importantes de China y sus territorios aledaños. En 1940 ocupó muchas de las ciudades costeras chinas, provocando matanzas en la población, pobreza, bloqueo militar y destruyendo su cultura milenaria. Las posiciones francesas en Indochina estaban debilitadas y todo el norte del territorio fue ocupado por los japoneses ese mismo año.
Tailandia se alía al Imperio Japonés en 1941, por lo que la movilización de las tropas niponas fue mucho más eficaz en la zona, dominando fácilmente lo que quedaba de Indochina y venciendo a las tropas británicas en Birmania. Los japoneses avanzaban con rapidez sirviéndose de las líneas ferroviarias y ya estaban en la frontera oriental de la India.
El 7 de diciembre de 1941, la Armada Imperial Japonesa lanza un ataque aéreo sobre Pearl Harbor, una base militar estadounidense en Hawaii. Estados Unidos había establecido un bloqueo petrolífero a Japón, aunque no estuviera en la guerra, claramente favorecía los intereses de los aliados. El ataque sorpresivo dejó al ejército norteamericano en ruinas, tardando casi un año en recuperarse y retomar sus posiciones. Este acto tuvo como consecuencia que Estados Unidos entrara en guerra con Japón, lo que hizo que Hitler se la declarase también a EEUU: para comienzos de 1942, Estados Unidos se sumó a las fuerzas Aliadas. En el mismo año, Japón toma posesión de Filipinas y, por la caída de Holanda en manos de Alemania en Europa, las Indias Orientales Holandesas que era un gran reservorio petrolífero.
Esquema del ataque japonés en Pearl Harbor y algunas imágenes del fatídico día.

Birmania, 1942.
Gran Bretaña ya tenía demasiados problemas en Europa, y ahora se le sumaba otro: haber perdido Birmania y la gran posibilidad de perder India, su más preciado tesoro en Asia.
Los japoneses habían causado estragos en el ejército inglés durante la campaña ofensiva en Birmania: los soldados nipones estaban perfectamente adiestrados en el combate en la jungla (que todo lo cubría en la península de Siam), mientras que los británicos mantenían todavía los viejos lineamientos de combate tradicional en campo abierto, que de nada servían en la selva cerrada.
El General Wavell, jefe del estado mayor en India, manda a llamar a Wingate, última opción en la baraja, ya que se lo prefería tener lejos, dado a su rechazo hacia la ortodoxia del ejército. Pero sus tácticas empleadas en la selva africana servirían de mucho en la selva birmana.
Wingate, luego de evaluar la situación, se puso a trabajar en su teoría de “Long Range Penetration Enterprises” (Empresas de Penetración de Largo Alcance, LRPE) que se basaba en los trabajos que hizo con las guerrillas abissinas en África. Presentado el plan a Wavell y siendo aprobado por el primer ministro británico, Winston Churchill, puso manos a la obra y los pies en el camino.

Los Chindits de Wingate

Charles Orde Wingate

Parte de la 77° Brigada









El hombre que pensaba que el mejor método para evitar la infiltración enemiga es infiltrarse uno mismo, Charles Orde Wingate, fue puesto al mando de la 77° Brigada de Infantería India en marzo de 1942: la mitad de la fuerza estaba constituida por soldados y oficiales británicos del 13° Batallón de Liverpool, hombres de gran experiencia ya que estaban al borde del retiro, y la otra mitad eran soldados birmanos e indios, “bushmen” africanos (bosquimanos) y los legendarios “Gurkas”. La brigada estuvo bajo duro entrenamiento en la región de Jhansi, en la selva india, durante la estación lluviosa en enero.
Chinthé
Insignia de los Chindits
Mecánica, construcciones, acecho, supervivencia, poca comida, mucho ejercicio, caminar, caminar, caminar, eran las tareas diarias de los hombres de Wingate. Fue durante el lapso del entrenamiento que Wingate eligió el nombre de Chindits para su unidad, una deformación de la palabra Chinthé, criatura mística mitad dragón mitad tigre que monta guardia en las puertas de los templos budistas de Birmania.

Chindits cruzando el río Chindwin
El 17 de febrero, cruzan el río Chindwin camino a Birmania. Su objetivo es sabotear la línea de ferrocarril que va de Mandalay a Myitkyina, por donde los japoneses están desplazando casi todos sus suministros para preparar la ofensiva contra la India. Divididos en dos grupos se infiltran detrás de las líneas japonesas. El primer grupo cruza al norte, bajo el mando de Wingate en persona y compuesto de 2.200 hombres. El segundo grupo cruza al sur al mando del coronel Alexander y compuesto por 1.000 hombres. Los dos grupos usan la misma técnica para infiltrarse: se dividen en cinco columnas y avanzan por la jungla a golpe de machete, evitando siempre los centros de población y las vías de comunicación donde puedan ser detectados.
Abriendo una pista de aterrizaje
El razonamiento de Wingate era sencillo: columnas de cuatrocientos hombres son más fáciles de esconder que batallones de dos mil. Por el día marchan y por la noche despejan una zona de maleza de 400 metros de largo y 50 de ancho para recibir el suministro aéreo que les proporciona la Royal Air Force, todo a un ritmo preciso de cuatro horas de marcha o trabajo y una de descanso.
El enlace entre las tropas de tierra y la aviación es muy efectivo: las tropas de tierra comunican la ruta a seguir y la RAF elige el punto de lanzamiento de suministros, todo ello da gran precisión al lanzamiento en paracaídas de suministros y favorece que no se pierdan más que unos pocos.
Preparando la detonación de un puente
ferroviario en Mandalay
El 6 de Marzo, tras mes y medio de una terrible marcha por la jungla, y muchos ataques sorpresa contra instalaciones japonesas, llegan a su objetivo principal: la línea de ferrocarril.
A partir de entonces se dedican a hacer pedazos la vía férrea destruyendo centenares de metros de trazado, volando todos los puentes y trenes que encuentran. La marcha por la jungla ha cumplido su objetivo, ha “curtido” a las tropas, demostrando que la teoría de Wingate “A combatir se aprende combatiendo” es cierta.
Exaltada por la Prensa de todo el mundo, la historia de Wingate y sus hombres suscitó un enorme interés, sobre todo entre los franceses, quienes veían en Wingate al esperado libertador de la Indochina. La leyenda de la invencibilidad japonesa en la jungla sufrió un duro golpe. Desde entonces, el río Chindwin dejó de considerarse una frontera segura por el Alto Estado Mayor nipón de Birmania.
Un Chindit típico
Los Chindits han sufrido de todo en la marcha por la jungla: constantes picaduras de mosquitos, constante humedad que pudre todo, terribles trampas y combates inesperados contra patrullas japonesas que surgen de la nada. Los Chindits han aprendido a ser auténticos “hombres de la jungla”, vestidos con trajes de camuflaje confeccionados con las plantas del lugar, con sombreros de tamojal, largas barbas y armados tan solo con metralletas, granadas y cuchillos, se han convertido en los mejores combatientes de la zona.
Cientos de explosiones sacuden cada día y cada noche la jungla birmana, los convoyes japoneses ardiendo se convierten en algo habitual. Los Chindits realizan cientos de emboscadas contra la línea de suministros japonesa que viaja por tren y por carretera, realizan sus ataques y desaparecen, ocultándose de las patrullas japonesas durante días para volver a aparecer y atacar.
Campamento Chindit
En mayo la 77ª Brigada regresa a la India, de los 3200 hombres que partieron en febrero regresan solo 2182. Todos han recorrido a pie 1800 kilómetros y algunos han recorrido hasta 2500. La operación ha sido un éxito: han desorganizado las comunicaciones japonesas completamente, cortando en más de setenta y cinco tramos la vía férrea. Pero su mayor éxito ha sido la experiencia adquirida y los aeródromos secretos que posibilitarán seguir realizando incursiones. Los Chindits han demostrado a los japoneses que el hombre blanco también sabe pelear en la jungla.
Chindits abordando naves para la
Operación Jueves
La siguiente operación de envergadura de los Chindits se producirá en marzo de 1944, la Operación Jueves: esta vez no tendrán que caminar, serán trasladados tras las líneas enemigas desde aviones, con ayuda de la flota aérea estadounidense. El 11 de marzo se acumulan en un campo de aterrizaje improvisado a partir de un arrozal, cerca de 9000 hombres, 1350 animales de carga y 250 toneladas de suministros, todo ello transportado en una genial operación aérea y sin que los japoneses se dieran cuenta.
Preparando la detonación de
otro puente
Tras fortificar el campo de aterrizaje para asegurarse el suministro, los Chindits parten a “hacer de las suyas”. En abril los Chindits han alcanzado de nuevo sus objetivos previstos: cortar en tres puntos la vía férrea de Mandalay a Myitkyina y amenazar la navegación fluvial en el río Chindwin de los transportes japoneses, cortando de nuevo sus suministros pese a que esta vez el enemigo estaba mejor preparado para defenderse y no ha parado de intentar conquistar el campo de aterrizaje e intentar aniquilar a los Chindits.

Última foto de Charles Orde
Wingate con vida

Los británicos cuentan, gracias a estas unidades especiales en la retaguardia enemiga, una victoria que además de salvar a la India, posibilita reconquistar Birmania. Pero el héroe de esta victoria, Wingate, no verá el éxito, ya que murió en un accidente aéreo el 24 de marzo de 1944, tras una tormenta que desestabilizó el avión que terminó estrellándose contra la ladera de una montaña.
El general Lantaigne le sustituirá, pero no será capaz de reemplazar la gran figura que era Wingate, los Chindits ya no serán lo que eran. Además, estos precursores de la guerra de guerrillas en la jungla quedarán bajo la sombra de un nuevo LRPE, los estadounidenses del general Merrill, los “Merrill’s Stalkers”, que llegan a la zona para emular a los Chindits.
Pero los Stalkers, pese a realizar incursiones detrás las líneas enemigas copiando los métodos y tácticas de los Chindits, nunca tendrán el éxito que tuvo Wingate, los que aprendieron a luchar de la mejor forma: luchando

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